dimarts, 6 d’octubre del 2009

¡Hola!

Avui es presenta aquest blog amb la finalitat de plasmar aquí la feina realitzada desde Audiovisuals. El primer que tractarem és el tema d'Allan Poe, més concretament estem buscant la manera de fer-nos un autorretrat ambientat per complet en el seu estil i per tant hi hem d'estar familiaritzats. Després de trobar gairebé de tot sobre aquest geni, m'agradaria començar per compartir aquest poema que es casi un repte entre l'home i l'àngel, entre la perfecció dels éssers celestials i la capacitat humana de crear alguna cosa increíblement bella dins d'un món fosc i material.
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Israfel
Edgar Allan Poe
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En el cielo mora un espíritu
cuyas cuerdas del corazón son un laúd;
ninguno canta mejor, ni con tal frenesí
como el ángel Israfel,
y las estrellas vertiginosas,
así lo afirma la leyenda,
deteniendo sus himnos,
escuchan el encantamiento de su voz,
todas en silencio.
Dudando en lo alto de su meridiano,
la luna apasionada se sonroja de amor,
mientras, para oírle, el mismo rayo
(y con él las veloces Pléyades)
se detienen en el cielo.
Y dicen que el fervor de Israfel
se debe al sortilegio de su lira,
al trémulo alambre vivo de sus cuerdas;
donde los pensamientos profundos son un deber,
donde el Amor es un Dios ya anciano,
donde los ojos de las huríes
brillan con la adorada belleza de los astros.
Tienes razón, Israfel,
en despreciar todo canto que no sea apasionado.
¡A ti los laureles, bardo el mejor
y el más sabio!
¡Larga y gozosa vida para ti!
Los altos éxtasis caen con las ardientes notas,
con tu dolor, tu alegría, tu odio, tu amor,
el fervor de tu laúd.
¿Qué hay de extraño en que las estrellas
eternas permanezcan mudas?
Sí, tuyo es el Cielo,
pero este es un mundo de dulce amargura,
nuestras flores son sólo flores,
y la sombra de tu inmensa beatitud
es la luz de nuestro sol.
Si yo pudiese habitar en el reino de Israfel,
y él en donde yo habito,
no podría el ángel cantar una melodía terrenal,
mientras yo, en cambio, podría lanzar al firmamento
una nota más plena que esta triste canción
que brota de mi lira.